“ O Pigureiro” son las costillas y otras partes del cerdo troceadas y adobadas con ancestrales recetas con ajo, sal, orégano, pimentón dulce y pimentón picante. Dicho manjar se embute a mano por las arrugadas manos de las lugareñas en el “ciego” del cerdo y se ahúma durante unos 15-20 días en la “Lareira” con el humo de leña de roble o cepas de viñedo bien secas.
En función de la zona esta modalidad culinaria podía ser sustituida por el botelo, el botillo,el bandullo o la androlla etc… que aunque con pequeñas diferencias, tienen la misma esencia en la elaboración y la ejecución de la paparota.
Se preparaba acompañado de lacón y chorizos con una buena guarnición de patatas nuevas y grelos y se regaban con los primeros vinos de la nueva cosecha.
Con frecuencia, los vecinos y amigos se incorporaban a la sobremesa donde se degustaban bicas y dulces artesanos de la zona, bien regado con el licor café, que con esmero había preparado la abuela hace meses.
Cuentos, abrazos y anécdotas precedían a los cantos tradicionales que se improvisaban y modificaban a gusto del que se arrancaba a cantarlos.
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